Cómo transformar tu divorcio de conflicto y sufrimiento en un divorcio de amor y paz
¡Me divorcio! Lo tengo decidido. Ya no aguanto más. Estas son algunas de las muchas afirmaciones que salen de tu boca cuando la relación de la pareja se va rompiendo y toca a su fin. Estas y otras muchas más directas: ¡Ya está bien de que me haga la vida imposible!, ¡No hay derecho lo que me ha hecho!, ¡Yo no me merezco esto!
Las personas cuando elegimos algo en la vida tenemos dos opciones. Elegir desde el amor o elegir desde el miedo. En un divorcio no es diferente. Elegimos desde el amor o desde el temor. Más que desde el temor, desde el odio y el conflicto.
Cuando una pareja o matrimonio decide divorciarse rara vez lo hace desde la madurez y aceptación de que ha sido una etapa maravillosa en sus vidas, de la cual están agradecidos, y ahora ha llegado el momento de pasar a otra nueva. Normalmente detrás de esa decisión de divorcio hay dolor, reproches y resentimiento. Hay si cabe aún más de todo ello que en la época del matrimonio en la que surgieron todas las diferencias que ocasionaron la ruptura. Esa situación de enfrentamiento ya viene desde lejos, porque si en ese momento no se hubiera pensado desde el conflicto y el temor sino desde el amor, muy probablemente no se habría llegado al divorcio.
Sin embargo, lo cierto es que la práctica totalidad de los matrimonios que se acercan a su fin, vienen ya desgastados por un continuo cúmulo de diferencias llevadas al extremo en forma de discusiones y guerras. Y esas discusiones continúan cuando a través del divorcio quieren regular su vida futura.
Continuar después del divorcio
Es curioso como la mayoría de los matrimonios que quieren divorciarse lo hacen por querer una vida nueva sin la pareja que tienen al lado y sin embargo luego se dedican toda esa nueva vida dependiendo de ella y pendientes de hacerle la vida imposible.
Quieres divorciarte porque la relación está muy desgastada, no quieres continuar con tu pareja y decides empezar de nuevo, y en vez de eso no solo no empiezas, sino que continúas a partir del divorcio. Y continuas y continuas, ahora desde la lejanía, pero insistiendo con esa relación tormentosa de odio hacia tu pareja en forma de juicios, denuncias y decisiones, pensadas en el día a día más en hacer daño a tu ex que en crecer tú como persona.
Y si a eso le unimos el hecho que hay hijos menores en común la cosa se complica aún más. Mejor dicho, la complican los padres aún más. Son muchos los casos en que se sirven de esos hijos para hacer más agresivo y conflictivo ese divorcio, ya que los utilizan como arma arrojadiza contra su ex pareja y padre o madre de ellos.
Cuando una pareja o matrimonio decide divorciarse rara vez lo hace desde la madurez y aceptación de que ha sido una etapa maravillosa en sus vidas, de la cual están agradecidos, y ahora ha llegado el momento de pasar a otra nueva
Nuestra vida es como una mochila, es tu decisión llevar el equipaje justo y necesario para cada etapa de tu vida, dejando fuera todo aquello que ya pasó, o arrastrar un peso cada vez mayor porque somos incapaces de sacar de ella todo aquello que ya no es necesario.
Si tu objetivo es cerrar esta etapa de tu vida, no tiene sentido que sigas almacenando en la mochila los conflictos del pasado y que además la llenes con nuevos conflictos como demandas y procesos judiciales.
¿Si has decidido poner fin a tu relación porque sigues planteando nuevos procesos judiciales que te obligan a seguir unidos?
En estas situaciones queda muy evidente que las personas están decidiendo en todo momento desde el temor, odio y conflicto más que desde el amor. Desde el odio de culpabilizar a su pareja por todos los males del matrimonio más que desde el amor de responsabilizarse uno mismo del fracaso de la relación y aprender de ese fracaso. Desde el odio de intentar hacerle la vida imposible a su ex, con hijos comunes de por medio, más que desde el amor de empezar una nueva etapa y hacerle más fácil la vida a tu ex como padre o madre que es de tus hijos. Desde el odio de hacer con tus hijos siempre cualquier cosa dependiendo de lo que le pueda afectar o perjudicar a su ex, a su otro padre más que desde el amor de hacer con tus hijos siempre cualquier cosa pensando única y exclusivamente en su propio beneficio y por lo tanto en la felicidad tuya y de tu ex como padre o madre que es de ellos.
Y lo que es peor. Ese odio a lo único que te acerca es al sufrimiento, alejándote del amor y de la vida que deseas y siempre soñabas. Porque no se pueden dar las dos cosas. O hay amor o hay miedo, odio y sufrimiento.
Llegados a esta situación, ¿No crees que debe de haber otra manera de vivir?
Consejos para afrontar el divorcio desde el amor y no desde el odio
En Casasempere abogados te animamos a que siempre elijas desde el amor y desde la cordura, ya sea en tu relación, ya sea decidiendo ponerle fin con el divorcio. Por eso, a continuación te damos algunos consejos que a nosotros nos han servido en la vida, sobretodo en momentos desafiantes como un problema o divorcio, para que empieces esta nueva etapa desde el amor y abandones todo lo que te lleve al miedo, rencor y sufrimiento:
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Empieza a cambiar tú y tu forma de pensar
Nosotros creemos que lo primero que tienes que hacer para poder vivir una vida de amor es cambiar tú y tu manera de pensar. Todo lo que sucede en el mundo que ves, en el mundo exterior es un reflejo que lo que tú ves en el mundo interior. De lo que tú piensas.
Si tú quieres un mundo mejor, tú tienes que ser mejor
Si tú quieres un mundo de amor tú tienes que pensar en amor. Cualquier decisión de tu vida tiene que estar rodeada de amor. También las que afectan a tu relación con tu ex pareja y seguro madre o padre de tus niños.
Si tú quieres la felicidad de tus hijos tú tienes que pensar, decidir y actuar acorde única y exclusivamente a esa felicidad tuya y de tus hijos, felicidad que solo existirá si esa felicidad abarca también la felicidad de tu ex pareja como madre o padre que es de esos hijos.
Si no das amor es imposible recibir amor y para dar nunca hay que esperar a recibir. Si recibes odio, debes responder con más amor, porque sólo cuando primero das amor entonces podrá empezar a recibir amor en todo lo que haces.
Una de las reglas universales de esta vida es dar para recibir, no pienses en recibir para primero dar, simplemente da amor sin esperar a recibir.
Quítale el micrófono y el protagonismo a esa vocecita que continuamente te habla llamada ego. Dale las gracias, dile que ya no la necesitas y enfócate en todo lo bueno que te queda por vivir.
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Perdónate a ti mismo y quiérete más
El divorcio suele ser un momento en el que, con independencia a como lo afrontes, no faltan reproches a uno mismo por todo. Uno también se culpabiliza por todo por haber llegado a esa situación. Que si ha destrozado su vida y la de sus hijos, que si ya no va a volver a encontrar ni a vivir el amor, que si soy un desastre. En definitiva, que cómo he llegado a esta situación.
Aléjate de esos pensamientos. Sácalos de tu cabeza. No te crucifiques. Piensa que tú en todo momento has hecho lo mejor que sabías hacerlo y que si todo ello te ha llevado a esta situación es porque era lo que más te convenía para tu vida y felicidad. Míralo todo como a continuación te mostramos y empieza a vivir una vida más desde el ser que desde el tener.
Plántale cara a tu voz interior, aquella que te pide que desenvaines la espada de guerra. Aquella que te dice: ¡Pero no piensas responder!, ¡Se está burlando de ti!, ¡De verdad piensas ceder una vez más! Quítale el poder a ese sentimiento interior que te domina de odio, rabia, rencor. Eres mucho más fuerte y demuestras mucho más coraje y valor si controlas tu mente y te enfocas en ver todo desde el amor.
Ese odio a lo único que te acerca es al sufrimiento, alejándote del amor y de la vida que deseas y siempre soñabas.
Hasta que no dejes de vivir en el conflicto y empieces a enfocar tu vida desde el amor, jamás podrás vivir con esa paz y tranquilidad que deseas. Si tu cuerpo lo recorre un sentimiento de venganza sólo vas a conseguir conflicto en tu vida.
Nos preguntan muchas veces, ¿Es que esta guerra no va a terminar nunca?
No mientras tu no empieces a responder a los ataques con amor.
No mientras sigas sintiendo odio y rencor cada vez que intercambias unas palabras.
No mientras no decidas dejar ir ese sentimiento de dolor.
De ti depende.
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Acepta la situación y elige el camino del aprendizaje
Hasta aquí has llegado. La palabra divorcio aparece en tu vida. Y ahora tienes dos opciones. Mirarlo desde el reproche, la culpabilidad o mirarlo desde la aceptación y el aprendizaje. Nosotros en el despacho nos recordamos muy a menudo que:
Todo lo que sucede conviene
Míralo así tú también. Has llegado a esta situación y gracias a lo vivido has sacado un grandísimo aprendizaje que te ha hecho crecer muchísimo y que es el inicio de una vida maravillosa. Detrás de estos desafíos y aprendizajes hay una vida de bendiciones.
Enfócate más en todas las cosas maravillosas que tienes en esta vida, y en lo mucho y bueno que te queda por disfrutar, más que en lo que no tienes o te falta. Vive la vida desde la oportunidad y responsabilidad y no desde la tragedia y el victimismo.
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Perdona a todo el mundo y agradece
Conseguir perdonar de verdad, sentir recorrer el dolor en su máxima intensidad por todos los poros de tu cuerpo, y dejarlo ir definitivamente es, sin ninguna duda, lo más complicado.
Es complicado aprender a perdonar. Es tal el volumen de odio, rencor y reproche acumulado durante estos años en tu mochila emocional que andar supone para ti un enorme desgaste emocional. El problema es que hasta que no consigas perdonar y liberar tu ser no vas a poder avanzar.
Mientras siga existiendo un rescoldo de odio, rencor y dolor, la vida te seguirá dando la oportunidad de aprender a perdonar. Y para ello, te pondrá una y otra vez ante el mismo o similar suceso, porque la vida no deja de ser un taller de amor en el que cada día tienes una nueva oportunidad de aprender desde la única fuente posible. El amor.
Perdonar supone poder ponerte delante y que tus pulsaciones no se aceleren, que tu único deseo no sea alejarte rápido. Que lo que más te gustaría no fuera gritarle todos los reproches que llegan a tu mente.
Para perdonar es necesario agradecer. Agradecer todas aquellas cosas buenas que hace en favor de tus hijos. Agradecer todo lo bueno que ambos dais a vuestros hijos.
El mejor hábito diario para evitar acumular energía negativa es perdonarse, perdonar y agradecer.
Y tú, ¿Qué tienes que agradecer hoy? Y ¿A quién tienes que agradecer algo hoy? ¿Qué pasos de los vistos vas a poner ya en marcha?
Nosotros decidimos vivir desde el amor, ¿Y tú?
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