¡No te aguanto más! Elige: ¿Separación o Divorcio?
Una de las primeras dudas que surge cuando una pareja ya ha llegado al límite del aguante mutuo en su relación, es qué camino elegir en la ruptura, si separación o divorcio.
A lo largo de nuestros más de 20 años de experiencia profesional nos hemos dado cuenta que muchas personas que llegan a nuestro despacho no tienen claro cuáles son las principales diferencias entre separarse o divorciarse.
De hecho, muchas veces nos preguntan ¿Y no será mejor que me separe primero?, sobre todo cuando percibimos en la persona que hay todavía duda en su interior y esperanza en mantener o recuperar la relación.
En esos casos, observamos que aún quedan esos rescoldos humeantes en su corazón que les lleva a la eterna pregunta. ¿Y si resulta que al final con la distancia me doy cuenta de que echo mucho de menos lo que tenía y quiero que estemos juntos otra vez?.
Por eso, en este post nos vamos a centrar en esclarecer qué diferencias hay entre separación y divorcio.
La separación es un proceso judicial que ordena los derechos y deberes de una pareja mientras aún están casados, pero viviendo separados. Con esta figura se produce una suspensión del matrimonio y sus efectos, que sólo se convertirá en definitiva si finalmente se disuelve a través del proceso de divorcio. Mientras que en un divorcio, los cónyuges ya no están casados, en este supuesto sí mantendrían esta condición. Podríamos decir que la separación es un punto seguido en el matrimonio y el divorcio un punto final.
En los últimos veinticinco años las separaciones legales tramitadas ante los juzgados han ido progresivamente disminuyendo hasta el punto que el divorcio se ha convertido en el principal medio utilizado por las parejas ante las crisis matrimoniales. Hoy en día no son muy comunes. De hecho, suele ser mucho más habitual encontrarnos con lo que llamamos la “separación de hecho”, que es aquella separación realizada de común acuerdo entre los esposos pero que no llega a formalizarse legalmente mediante el oportuno proceso judicial. Es decir, un acuerdo al que han llegado ambos esposos pero que no ha sido tramitado judicialmente para que surja total y plena validez frente a terceros. A los ojos ajenos, el matrimonio sigue vigente y sólo internamente ellos llevan vidas completamente separadas.
La separación puede ser útil especialmente mientras los cónyuges mantienen en común cualquier asunto personal o financiero que afecte al matrimonio o mientras existe la más mínima duda de que pueden volver a convivir como matrimonio.
En ocasiones, las dificultades económicas de las parejas que han llegado a una situación insostenible les empujan a separarse solo de hecho sin firmar nada. Ni tan siquiera un acuerdo de finalización de la convivencia, “evitando” el tener que acudir a un abogado y realizar los trámites en los juzgados. Esto puede acarrear muchos problemas en relación a los hijos, los bienes en común y la relación familiar.
Recuerda que las cosas mal hechas desde el inicio sólo pueden acabar peor de lo que empezaron. Es muy importante contar con el adecuado asesoramiento realizado por especialistas.
Diferencias entre separación y divorcio
Existen una serie de diferencias clave entre una separación y un divorcio. La distinción más básica y obvia es que permanecerás casado en una separación legal, mientras que en un divorcio no. En este caso el matrimonio se disuelve.
Uno de los efectos principales de la separación es la suspensión de las obligaciones matrimoniales:
- Obligación de vivir juntos
- Socorrerse mutuamente
- Guardarse fidelidad
Otras diferencias importantes son:
Cese de la presunción de paternidad
Una vez transcurridos 300 días desde la separación de los esposos, a pesar de haberse suspendido la obligación de guardarse fidelidad, y pese a mantenerse aún el matrimonio, no actuaría la presunción de paternidad en caso de embarazo.
Atención médica y otros beneficios
La separación legal permite que se mantenga la atención médica y otros ventajas, tales como ciertos beneficios de seguridad social que en caso de divorcio terminarían.
Estado civil
La separación legal permite conservar el estado civil de casado. Por contra, no se tiene la libertad para casarse con otra persona. En cambio una vez divorciado, sí vas a poder volver a casarte.
Toma de decisiones
En la separación legal los cónyuges siguen siendo considerados parientes cercanos y pueden tomar decisiones médicas o financieras por los demás. En cambio los cónyuges divorciados no son considerados parientes cercanos.
Deudas
En este caso, el cónyuge todavía puede ser responsable de la deuda del otro, a diferencia de un divorcio donde las deudas se manejan durante el proceso de disolución.
Derechos de propiedad
La separación legal mantiene los derechos legales de cada cónyuge a los beneficios de propiedad al fallecer el otro, pero un divorcio extingue estos derechos.
Nuevo matrimonio/reconciliación
El divorcio no puede deshacerse. Finiquita el matrimonio. Sin embargo, con la separación legal cabe la reconciliación matrimonial y con ella volver al estado de matrimonio. Con un divorcio, tendrías que volver a casarte si quieres hacer efectiva una reconciliación.
La única salvedad a tener en cuenta en caso de reconciliarse en una separación, es el hecho de que si se produce la reconciliación tras la sentencia de separación el régimen del matrimonio tras el proceso de separación ya no volvería a ser el de gananciales, quedaría automáticamente en el de separación de bienes.
Si tu deseo es volver a tener los bienes en común será necesario acudir al notario para cambiarlo a gananciales si es el deseo de ambos esposos volver a vincular la totalidad de sus bienes tras el periodo de crisis matrimonial.
¿Cuáles son los trámites de la separación?
Si deseamos poner fin a la convivencia, podemos hacerlo de dos formas:
- Separación de hecho
- Separación judicial, que a su vez también puede hacerse por dos vías:
-
- de forma amistosa, o sea, por mutuo acuerdo.
- de forma contenciosa, cuando no hay acuerdo.
La separación de hecho es aquella que se decide por los cónyuges de mutuo acuerdo pero que queda reducido a la esfera privada de ellos mismos.
En este tipo de separación el Juez no interviene, por lo cual no es necesario iniciar un proceso judicial para llevarla a cabo.
Sin embargo, dado que el régimen económico matrimonial subsiste, se recomienda dejar constancia ante el Notario de que el matrimonio ha roto la convivencia matrimonial y que cada uno de los cónyuges ha iniciado una vida de forma independiente del otro.
Ante el Notario se firmará por los cónyuges un documento que será elevado a escritura pública. En él se hará constar por escrito el momento en que se produce la separación de hecho y cómo se van a llevar a cabo a partir de ese momento las relaciones económicas y patrimoniales del matrimonio, así como las relaciones con los hijos.
La separación judicial de mutuo acuerdo, es aquella en la que los cónyuges deciden voluntariamente separarse y dar a esa separación efectos legales frente a ellos y frente a terceros. Puede iniciarse en el Juzgado por los dos o a petición de sólo uno pero con el consentimiento del otro.
El único requisito legal es que hayan transcurrido 3 meses desde la celebración del matrimonio y acompañar a la demanda propuesta el convenio regulador, que es el documento que va a regular los efectos de la separación.
Al igual que en el divorcio, se requiere de un abogado y un procurador. El abogado redacta tanto la demanda como el Convenio Regulador, teniendo en cuenta la situación y particularidades del matrimonio en concreto. Nuestro papel aquí es el de velar por que los acuerdos que se contengan en el mismo cumplan con las leyes. Sean legales.
El procurador representa a la pareja ante el Juzgado, presentando documentos y recibiendo las resoluciones que se notifiquen. La separación puede ser de mutuo acuerdo o contenciosa.
¿Qué efectos tiene la separación de hecho?
En la separación de hecho, el matrimonio o la pareja de hecho con hijos en común ya no convive junta, como unidad familiar. A pesar de ello, no han iniciado ningún trámite para firmar un acuerdo o convenio regulador ante el Juzgado o, en caso que no haya acuerdo, un procedimiento de separación o divorcio contencioso para pedirle a un Juez que regule las medidas de esa separación o divorcio, sobre todo las que afectan a los hijos menores en común.
A pesar que los cónyuges o la pareja no regule judicialmente la nueva situación, la separación de hecho, siempre que se acredite con pruebas, sí produce unos efectos legales como los siguientes:
- Pérdida de los derechos hereditarios de usufructo respecto al otro cónyuge (artículo 834 Código Civil): Por ley, fallecida una persona que estaba casada, su viudo o viuda tiene derecho, como mínimo a un tercio de su herencia en usufructo.
- Los bienes comprados tras una separación de hecho son privativos: Si estamos ante un matrimonio, casado en gananciales, pero que se ha separado de hecho y esa separación es definitiva, con independencia de la gestión económica de cada uno, los bienes o deudas que se adquieran después de la separación de hecho no serán gananciales, sino privativos de cada cónyuge
¿Es igual para los matrimonios con hijos que para los que no tienen hijos?
Cuando no hay hijos o los hijos son mayores o emancipados, y los cónyuges se quieren separar de mutuo acuerdo, pueden acudir a un Notario o a un Juzgado para separarse.
Si acuden a un Juzgado no intervendrá un Juez sino un Secretario Judicial, actuales Letrados de la Administración de Justicia.
Si hay hijos menores, la separación solo se puede llevar vía judicial con la intervención de un juez.
¿Qué problemas puedo tener si no hago una separación legal?
El problema principal puede ser el no poder probar la fecha concreta de cuando te separaste y que el otro cónyuge haya contraído deudas durante ese tiempo y tengas que responder tú por ellas a pesar de haber estado separado y no haber tenido nada que ver con esas deudas.
Como viene siendo habitual recuerda que en Casasempere abogados nos gusta decir, que “no solo hay que tener razón sino también hay que poder probarla”.
Por ello, recomendamos realizar el trámite notarial para dejar constancia expresa de la separación y que entren en juego sus efectos.
El divorcio produce la disolución del régimen económico matrimonial. La separación produce el efecto de la separación de bienes desde la sentencia. Este es un aspecto importante y que suele generar problemas cuando no se acuerda nada entre las partes.
Pasado el tiempo, pueden surgir rencillas que no estaban previstas, por eso, lo mejor es asegurarse de hacer todos los procedimientos bajo el asesoramiento de un buen abogado.
¿Y qué es mejor separación o divorcio?
Como siempre, dependerá de cada caso. Desde nuestra posición, te diremos que siempre intentaremos velar tanto por tus intereses como por el de tus hijos menores si los hubiere. La situación de cada pareja es un mundo distinto y varía de un caso a otro.
No se puede generalizar y cada supuesto debe tomarse como un caso aislado y único con sus concretas particularidades que requiere conocer todos los detalles de la relación para ver si puede llegar a existir la más mínima posibilidad de reconciliación o posterior subsistencia de la pareja.
Desde nuestro punto de vista, el divorcio sería el camino más aconsejable para aquellas parejas que tienen claro que su camino en común ha llegado a su fin y que resulta inviable la reconciliación.
En estos supuestos iniciar una separación sólo va a conllevar multiplicar los costes y gastos, siendo lo mejor el tramitar desde el inicio el proceso de divorcio con el fin del vínculo matrimonial.
Pero si todavía estás pensando que este distanciamiento puede tener solución, entonces quizás la separación legal es tu proceso. Es un paso previo a romper ese vínculo que un día iniciaste con todo amor.
Si tienes dudas de qué sería lo mejor para ti, si separación o divorcio, cuenta con nuestra ayuda para asesorarte. Encontraremos la mejor solución para este bache que es la separación o divorcio de tu pareja.
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